A los laicos también se les ha concedido el privilegio de servir durante la celebración de la Misa ejerciendo un Ministerio tan importante como lo es proclamar la Palabra de Dios. No se puede comer el Pan de la Eucaristía, si antes no se ha comido el Pan de la Palabra de Dios.
El Ministro de la Palabra debe estar registrado en la Parroquia, asistir y participar activamente durante la Celebración de la Misa, debe estar en buen estado sacramental, debe tener una edad razonable para entender la importancia del Ministerio que está ejerciendo, debe participar en las sesiones de adiestramientos o reuniones tanto de la Diócesis o en la Parroquia cuando se le solicite, debe llegar a tiempo a la Parroquia (por lo menos 30 minutos antes) para practicar una vez más su Lectura, debe poseer la habilidad no solo de ser un buen Lector sino también de transmitir el mensaje de Dios para que llegue al corazón de los feligreses, y debe vestir con dignidad.